Convivir con el Miedo

Todos tenemos Miedo. Le tememos a algo, a alguien, a que ocurra algo que sea malo, nos perjudique o nos haga daño. Desde hace tiempo aprendí a “Convivir con el Miedo” cuando las circunstancias o yo mismo por propia iniciativa me inclinan a estar junto a dicho Miedo. Fue gracias a mi Coach Juan Carlos de la Ossa ( @jcdelaosa )   , de la Institute Coaching Psicology ( http://www.coaching-psychology.es/ ) que me indico como tener el miedo a mi lado y poder continuar observándolo y aprender a seguir mi camino junto a el.
¿Qué cómo se hace esto?. Partamos de la base que hay Miedos a los que no podemos o queremos enfrentarnos. Para poner un ejemplo claro el Miedo a la Muerte es algo que, por mucho que nos enfrentemos, está ahí, y nos compete a todos. En alguna medida algunos obviaran ese miedo y harán que desaparezca momentáneamente, ya que este regresara en algún momento de nuestra vida: Cuando tengamos cualquier percance grave de salud, por la muerte de un ser querido, por la visión cercana de la muerte,…. Por lo tanto debemos aprender a convivir con ese Miedo, ya que no podemos enfrentarnos con el cara a cara, por lo menos hasta que no nos llegue una situación que nos obligue a hacerlo.
Existen otros Miedos, como el de enfrentarnos a una situación de conflicto o con una persona con la que obligatoriamente pasamos mucho tiempo de nuestra vida diaria. Esa persona a la que vemos constantemente puede ser nuestro jefe, un compañero, nuestra pareja, un familiar…. Nos produce desazón ya que sabemos que tenemos una situación de conflicto o tensión con ella que, por los motivos que sean, no podemos o debemos resolver en ese momento. Con lo cual debemos aprender a convivir con esa situación.
El Miedo nos viene de manera genética. Nuestros ancestros prehistóricos más antiguos nos lo dejaran integrado en nuestro ADN. En un mundo donde ellos tenían que luchar contra criaturas mucho más grandes, poderosas y superiores en fuerza a ellos reaccionaron con tres tipos de miedo.
HUIDA
En la actualidad, cuando no queremos enfrentarnos con algo o alguien lo evitamos. Un conflicto con alguien, una situación que nos obligue a tomar una decisión que no queremos o generar un compromiso que no queremos adoptar puede precipitarnos en la huida. Ese momento desagradable por el que no queramos pasar, porque nos produce dolor físico o emocional.
Algunas de estas huidas pueden ser debidas a que no queremos afrontar algo inevitable. Eso es lo que ahora llamamos Procastinacion, que consiste en demorar una acción o decisión postergándola con otras tareas para evitar el momento de tomar la iniciativa. Esto puede alargarse en el tiempo indefinidamente, pero inevitablemente tendremos que hacer frente al asunto tarde o temprano.
Pero la huida es en muchas ocasiones la manera más inteligente de afrontar una situación de “peligro”. Tal y como les pasaba a nuestros antepasados, en ocasiones no estamos preparados para afrontar el peligro de manera directa, bien porque no estamos en la mejor situación y con las herramientas adecuadas, o bien porque psicológicamente o físicamente no es oportuno afrontarlo en ese momento. Por eso, en lugar de precipitarse en la batalla con altas posibilidades de perderla, es mejor afrontar una huida como una retirada para un mejor momento.
Hace poco escuche en el programa de radio Pensamiento Positivo de ABC Punto Radio como una experta en toma de decisiones comento que a veces hay que posponerlas bajo el argumento de que no se está en la mejor situación para decidir en el momento que nos solicitan otros la toma de decisión, y que esta se hará cuando sea oportuna, tras una reflexión o tras una situación emocional, psicológica y físicamente, que se adapte a la decisión y su importancia.
Para tomar decisiones importantes se debe estar descansado, en paz, seguro de si mismo y en total armonía con lo que se plantea. Si no es así, huye, corre Forrest, corre,… no pares. Que no te coma la fiera.
BLOQUEO
Sin duda es la situación de Miedo con peores consecuencias. En el mundo antiguo el bloqueo era sinónimo de derrota y en ocasiones muerte. Tanto con las fieras como en las batallas por las que la  historia universal nos ha recorrido. En estos momentos las situaciones de bloqueo son las causantes de stress y consiguientes enfermedades físicas y psicológicas que nos pueden llevar a una situación crítica para nuestra salud.
Cualquier situación en la que no tenemos reacción, bien porque no sabemos que hacer o bien porque nos deja paralizados, nos atenaza, y nos genera una sensación de zozobra que nos obliga a quedarnos quietos. Es la antítesis de la acción.
Muchos se bloquean para ver si no pasa nada. Como en la película de Jurasic Park el estar quietos a ver si el bicho no te ve y pasa de largo. Pero lo más probable es que el bicho, la situación, la tensión, te “vea” y termine devorándote ya que no has tomado iniciativa.
La inacción es uno de los grandes males de nuestra sociedad actual, y de España en particular. Yo no hago nada, que lo hagan otros que deben resolver “mi problema”, los políticos, los dirigentes, los jefes, los dueños de empresa, los economistas, mi casero, el banco,…. No va conmigo yo debo estar quieto y que otros tomen decisiones por mí. Y no hay nada peor como que otros decidan tu vida, porque entonces ya no eres dueño de ella.
LUCHA
¿Cuándo es aconsejable luchar?. Cuando veas que tienes probabilidades de salir victorioso de esa lucha. Si no las tienes sigue el método de Miedo primero: Huye, y reármate para cuando veas más oportunidades de luchar.
Gracias a los antepasados que lucharon hoy el mundo subsiste. Sin esa Lucha, que tenemos en nuestra genética, el ser humano hubiera desaparecido por las criaturas que eran muy superiores a ellos. Esa lucha genero ingenio y desarrollo habilidades para enfrentarnos a animales que nos superaban en fuerza. Inventamos las armas, las trampas, el fuego, todo un arte creativo para una sola causa: Sobrevivir.
Hace poco, en un museo, hablaba con una persona sobre la reflexión de que nuestra propia existencia tiene que ver con la manera de como sobrevivieron nuestros antepasados. Seguramente alguno de ellos se enfrentó con una guerra, con una situación de peligro, con una probabilidad de muerte… y sobrevivieron, y por eso estamos aquí. Somos los descendientes de aquellos que lograron sobrevivir. Por eso no se entiende que ante cualquier situación podamos rendirnos. Es nuestra obligación y deber seguir luchando. Para que nosotros podamos vivir esta vida otros tuvieron que luchar, y ahora eso está dentro de nosotros y debemos sacarlo de nuestro interior. La lucha es nuestro aliado. Convive con nosotros sin darnos cuenta. Solemos sacarlo en situaciones límite. Entonces, ¿Por qué no trabajamos para que salga en todo tipo de situaciones donde la lucha sea necesaria?.
Hoy en día las noticias están llenas de luchadores que se resisten a que la situación les venza. Me emociona especialmente aquellos que luchan por algo justo. Salta a mi mente los desahucios del hogar que están sufriendo personas y como, conjuntamente, ya que la lucha tiene que ver también con solicitar ayuda, hacen frente a ese momento Lu-chan-do.
¿Conoces a algunos que han claudicado y dejado de luchar?. Apóyales, ayúdales, no los dejes a su suerte. Vivimos el momento clave de la historia: la Solidaridad. Sin ayudarnos los unos a los otros no vamos a salir adelante.
Podemos convivir con el Miedo, pero también podemos enfrentarnos a él con ayuda de otros. Convivir con el Miedo es una forma natural de aceptarlo y continuar. Enfrentarnos a ese Miedo es lo que origina Héroes.
Hace poco he tenido que enfrentarme a un Miedo. Por motivo de negocios he tenido que viajar a Ciudad de México. Todas las referencias que me daban me indicaban que el peligro acechaba por todas las partes: por la calle, en los taxis, de día, de noche… Esto alarmo a mi familia que me pidió que incluso suspendiera el viaje. Tras una mentalización aprendí a convivir con el Miedo y decidí ir en busca de el. El Miedo, en este caso Precaución, me ha acompañado durante mi estancia en tan maravilloso país. Al final no era para tanto, pero tuve que convivir con esa sensación durante toda mi estancia. He descubierto gente y lugares maravillosos y eso es lo que he transmitido a todo aquel que me ha preguntado. Sin duda el Miedo estaba allí. Conviví con el hasta que fue atenuándose. Hoy debo agradecer a esa convivencia el que no me venciera la Huida y haber conocido una ciudad, una cultura y unas gentes tan estupendas que ya nunca podré olvidarlas.
 
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Comentarios

  1. mariana dice:

    cada vez que paso por lo de mi vecino me amedrentan sus perros que son de tamaño importante y siempre quedo estresada por esos momentos no se como superarlo ya que me mataron a dos perros manto negro

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