Dejate de preocupar por lo que piensan los demas de ti

escucha no activa
En el juego de las percepciones existe el eterno dilema del ser humano que por su condicion de social machaca constantemente en nuestro cerebro «Que pensaran los demas sobre mi». Ese instito natural que consiste en intentar agradar a los demas y sentirse aceptado nos hace que nuestra maquinaria en la cabeza empiece a imaginar todo tipo de situaciones, y en consecuencia a actuar segun esos patrones.
De joven (ahora lo soy un poco menos) sentia verguenza por casi todo. Me suponia un esfuerzo ir a comprar el pan o el periodico por el mero hecho de tener que establecer una conversacion con otra persona. En mi mente pasaban pensamientos negativos que se repetian: «Van a pensar que soy tonto», «No se que voy a decir si me preguntan algo». Todos estos pensamientos formaron un patron de comportamiento que me alejaba de los demas, para asi no «cagarla». Afortunadamente un dia me enfrente a mis miedos y decidi perder la verguenza y convertirme en una persona sin-verguenza. ¿Que como lo hice?.   Aprendi a reirme de mi mismo en cualquier situacion, y dejar de dar importancia a lo que pensaran los demas. Entonces vino una epoca «alocada» que me impide presentarme a un cargo publico por las fotos que existen por ahi.
Un seguidor en Twiter mio que es de Paraguay, me interpelo sobre la capacidad de reirse de uno mismo. La tecnica esta bien, pero lo principal es aceptar que hagas lo que hagas no debe influirte lo que piensen los demas sobre ti.
Ser uno mismo es bastante dificil en el ambito social que vivimos. Casi siempre queremos aparentar ser algo o alguien, porque asi nos ganaremos el respeto de los demas y sobre todo les agradaremos. Entonces empezamos a interpretar a una serie de personajes que a veces se parecen algo a nosotros, pero que no son autenticos. El Gran Teatro de la vida nos hace interpretar como actores profesionales. Algunas personas  estan tan dedicados a su personaje que ya no se descubre a quien hay detras de el.
turno de preguntas
Desde hace tiempo he abandonado absolutamente el miedo al ridiculo. Me da igual lo que opinen sobre mi fisico (yo creo que estoy buenisimo), mi vestimenta o bien lo que opinaran sobre lo que digo y mis opiniones. No quiero ofender a nadie con lo que digo, por eso no me preocupa herir a nadie con mis palabras. Asi me siento mas libre y espontaneo a la hora de decir las cosas, y suelo medir muy poco mis pensamientos, que rapidamente van hacia la boca. Soy prudente y no abuso de temerario, pero el esfuerzo de medir todo lo que digo me lo evito.
¿Y las opiniones de los demas como me afectan?. Partamos de la base de que todos opinamos de todos y de todo. La unica diferencia es cuando lo hacen delante de nosotros y cuando no lo hacen. Cuando lo hacen tenemos una informacion muy valiosa, ya que, aunque a veces lo que se dice puede no ser lo que se piensa, sabemos a que atenernos. Lo que verdaderamente nos atormenta es aquello que no escuchamos y que pensamos que dicen sobre nosotros. En ambos casos la determinacion en la misma: Me da igual. Eso no va a variar mi forma de ser y de actuar
En una reciente entrevista a Emilio Duro en el programa El Hormiguero que dirige Pablo Motos, conto que su cuerpo le dio un toque de atencion sobre su estado fisico y mental cuando le «preocupo» mucho trabajando en Yoplait el haber perdido un pale de yogures desnatados. A partir de ese momento empezo a desdramatizar las cosas y a tener una actitud de dejar de preocuparse. En esa misma entrevista le dijo a Pablo Motos que seguramente «no dormiria» por lo que las personas piensen de el despues de su intervencion en el programa (siendo este uno de los programas de tv mas vistos). Su ironia y su falta de preocupacion ante lo que diran o piensen los demas es una actitud ante la vida. Seguramente Emilio no cambie su discurso ante cualquier opinion o critica.
respeto
No tenemos que confundir esta actitud con el pasotismo o bien la mal llamada «Sinceridad» que consiste en decir a los demas algo que les hace daño porque asi lo piensan. Esto es crueldad.
Desde el respeto y el cariño a todo los seres humanos, como bien dice mi buen amigo el Profesor Angel Lafuente «no soy mas que nadie, pero tampoco menos que nadie». Y sigue con su encendido discurso diciendo «¿ Quien es usted para creerse mas que yo?». Pues si todos tuvieramos esa actitud, con el respeto, pero sin sentirse inferior o superior, podriamos lograr que dejaran de importarnos aquello que piensan los demas sobre nosotros.
Para mi querido Leonel, y todos aquellos que ven un personaje mio a nivel profesional, envio una foto sobre como me vesti el dia de la comunion de mi hija, para sorprender a mis invitados. ¿Que opinas?. La verdad es que me da igual, ya me han dicho de todo sobre este asunto.
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