Disfruta el momento (en el trabajo)

La filosofía “Carpe Diem”, es decir disfruta del momento es tan vieja como la humanidad. Recomiendo la lectura del libro “El Poder del Ahora” de Eckhar Tolle, que es con total rotundidad mi autor y libro favorito. En él nos habla de cosas que ya sabemos y que conocemos, pero su obviedad no oculta una Gran Verdad, a veces invisible para nosotros. Tolle habla de que el único momento es el que está ocurriendo ahora mismo, en estos mismos instantes, el pasado forma parte de tu historia pero es eso, pasado, y el futuro es una gran incógnita que no podemos controlar, por mucho que nos empeñemos. Por eso el momento del Carpe Diem es ahora mismo, en este mismo instante. Ahora mismo estás leyendo este articulo y eso es lo que te ocupa, no existe el antes ni el después. Nos empeñamos en sufrir por el pasado y por el que ocurrirá en el futuro. Muchas de las personas están pasándolo mal por acontecimientos que no saben si ocurrirán: la hipoteca, perdida del puesto de trabajo, disminución o perdida de la retribución……
Hace poco me invitaron a dar una ponencia en Uniconsult, empresa de Outplacement, sobre la Integración en el Mercado Laboral. Tuvimos un interesante coloquio con personas que habían perdido su empleo. Mi discurso quiso ser un canto al optimismo. Les dije que disfrutaran de esta etapa tan maravillosa de no tener un empleo. ¿Disfrutar? ¡¡¡Si están agobiados con la incorporación al mercado laboral¡¡¡. ¡¡¡Si acaban de tener una “mala noticia” al quedarse sin trabajo¡¡¡. ¿Cómo se puede disfrutar?. Hablando con ellos, llegamos a la conclusión que muchos de ellos no habían disfrutado de sus familiares, amigos, de tiempo de ocio,.. por su gran dedicación al trabajo. Algunos me comentaron que llevaban años sin unas buenas vacaciones. Otros me dijeron que antes no se planteaban proyectos personales y profesionales por “falta de tiempo” y estar en una dinámica que les absorbía durante todo el día. Es Ahora cuando tenían la oportunidad de estar un tiempo “con ellos mismos”. Pueden reflexionar, meditar, analizar y también disfrutar, porque no, de un tiempo para poder hacer cosas que hasta ahora no habían podido hacer. Todo esto se desmorona cuando la situación económica es agobiante y la perdida de retribución pasa a ser el problema principal a corto plazo. Entonces el agobio gira todo el dia sobre el mismo problema.
Pero no solo pueden “disfrutar” los que tienen tiempo de hacerlo. También deberían disfrutar las personas que están en un puesto de trabajo, al menos 8 horas diarias. No, no me he vuelto loco: Se debe disfrutar en el trabajo. Y digo debe, y no puede, ya que debería ser obligatorio que las personas puedan disfrutar trabajando. El profesor Eduardo Jauregui, autor de entre otros el recomendable libro “Alta Diversión”, habla en algunas de sus conferencias que se puede divertir uno trabajando y a la vez ser organizado y sincronizado en el trabajo.
Como hablaba en un post mío anterior, titulado La Empresa aburrida https://angellargo.com/2012/02/24/la-empresa-aburrida/ ya mencionaba que divertirse en el trabajo no es lo mismo que cachondeo, y que seriedad no es lo mismo que profesionalidad, o como dice Jauregui, Sincronización. El momento divertido sirve para muchas cosas, sobre todo para hacer una “limpieza mental” de toda la carga que se lleva durante el día o los días de trabajo acumulados. Tan necesario como cuando un aparato electrónico se ha “sobrecalentado” que necesito ser “desenchufado” ya que si no corre el peligro de romperse y estropearse.
Por eso veo necesario el meter unas gotas de humor de vez en cuando para poder tener una pausa necesaria y disfrutar de un momento de “pasarlo bien” sin perder la sincronía. Esa pausa divertida nos ayuda a cargar las pilas, a poder disfrutar de un momento único y además potencia el compañerismo y el trabajo en equipo.
Eso si el humor debe ser bien entendido de manera que no humille a nadie ni sea agresivo con las personas o sus creencias. El humor debe ser para que todos participen de él, sin sentirse molestos u ofendidos. A este respecto me ha sucedido una anécdota hace poco, relacionada con mi sentido del humor que paso a relatar. A través de la red social Linkedin publique una oferta para el grupo de empresas que represento. Como entre mis contactos profesionales se encuentran muchas personas relacionadas con la búsqueda directa de profesionales (llamados headhunters) y la selección de personal (llamados Consultores) puse este texto que extracto:
“Compañer@s Headhunters y Consultor@s por favor absteneros de ofrecerme vuestros servicios, ya que como entenderéis perfectamente, estoy haciendo una búsqueda basada en el Networking, para así optimizar costes (bueno en realidad quiero ahorrarme los costes).”
Sobre esa parte del texto recibí dos mensajes. Uno me ponía que le había hecho mucha gracia la forma en la que me había expresado y que le había divertido mi forma de expresarme en este sentido. El otro fue un poco más duro conmigo y me dijo, de manera respetuosa, que consideraba un error mi mensaje ya que estaba dando a entender que voy a pagar poco por el puesto, porque quiero ahorrarme todo tipo de costes, y que seguramente algunas personas se habían sentido ofendidas por mi mensaje, y más con la que está cayendo.
Dos maneras distintas de interpretar un guiño de humor. La conclusión es que a veces el sentido del humor es algo subjetivo, y quien lo recibe lo puede hacer de diferentes maneras. Por eso hay que ser cuidadoso con lo que se dice y como se dice. Personalmente a mí me hizo gracia.
Un amigo mío, humorista y monologuista, Manuel Feijoo www.manuelfeijoo.com , con el que comparto Cursos de Comunicación con Ingenio para meter el humor en la comunicación diaria, me dice que si algún chiste, anécdota o historia hace gracia al que la va a contar, tiene bastantes posibilidades de que le haga gracia a todo el mundo. Cuenta que en sus espectáculos, cuando hace un chiste, y solo se ríen una o dos personas, con un jo, jo, jo, se siente tan satisfecho como con la carcajada general, ya que indica que esa persona le ha hecho gracia lo que ha contado y por lo menos se lleva algo divertido de ese momento.
¿Podemos divertirnos trabajando?. No, más aun, debemos divertirnos trabajando. Muchas de las personas que suelen cambiar de trabajo suelen decir “Me aburria en mi trabajo”. Como afirma Jauregui, divirtámonos sin perder la sincronía.

Comentarios

  1. Jose Ramon dice:

    Buenas T@rdes a todos.
    Yo pienso exactamente lo mismo, un poquito de humor en el trabajo/estudio de vez en cuando, libera un poco de esa tensión acumulada en la concentración de nuestras mentes. Aparte de que sirve para confraternizar con tus compañeros de trabajo/estudio, contribuye a que el clima laboral sea mas «compartido» por todos y permite conocerse mejor, ganar en confianza con el compañero y sentirse en un ambiente más hogareño.
    Ya lo decía Groucho Marx: Fruncir el ceño, son tensar casi mil músculos de la cara de forma brusca. Sonreir es tensar menos de 100 musculos de una forma placentera y ademas te permite trasladar tu mente durante unos segundos a un punto muy cercano al limbo.
    Yo disfruto de mis compañeros permitiéndome algún chiste de vez en cuando, de todo tipo, buenos y menos buenos. Nos reímos un poco de nosotros mismos y sin darnos cuenta cargamos las pilas para afrontar los siguientes ejercicios con mucha más energía y creatividad.
    Un saludo a todos.
    (desde la clase de C++).
    Retorno al compilador hasta las 21:00 con un poco más de energía.

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