La Sociedad de me debes una

¿Consideras que estas en deuda con alguien? ¿Crees en tu fuero interno que alguien esta en deuda contigo?. Vengo observando durante muchos años que en la actual sociedad occidental tenemos un código no escrito referido al «me debes una». Esto consiste en que una persona realiza un favor o lo que ella cree que es algo beneficioso para otra persona y espera una devolución similar en cantidad y calidad.
Hace poco mi gran amigo Tarsicio Merino, Gerente de una empresa que apoya la inversión de empresas internacionales en España que se llama Almanor International, me contó una anecdota que refleja lo que relato. El trabajaba hace años en una empresa de inversión japonesa bastante importante. Eran unos años donde las energías alternativas estaban con gran fama en el mercado. Tarsicio, como gran desarrollador de negocio que es, detectó una oportunidad en Murcia y llego a contactar con una persona que le prometía tener los contactos, infraestructura y medios para llevar a buen puerto un proyecto rentable de energias alternativas. Mi amigo consiguió convencer a un alto cargo de la compañia japonesa para que le acompañara a visitar la zona y ver el recorrido que podía tener el proyecto. Asi ocurrió que llegaron un dia antes, hicieron noche en un hotel que no era muy bueno, y al dia siguiente estuvieron viendo que no existia absolutamente nada de lo que se había contado. Ni contactos, ni infraestructura ni nada, solo vagas promesas y una descarada petición de inversión. Como suele pasar en nuestro país el visitado quiso invitar a comer a los visitantes a un lugar bastante esquisito de la gran huerta murciana. En la comida el japonés guardaba un prudente silencio y  mi amigo,  al observar que le había hecho viajar para algo que no era lo que parecia,  y observando que los interlocutores no dominaban el ingles, gran cancer cultural de nuestro país, aprovecho para disculparse con el directivo japonés, que manteniendo la calma le dijo que no pasaba nada. A la hora del pago de la cuenta el anfitrion quiso hacerse cargo de ella. Es en ese momento cuando el japonés decidió romper su silencio para insistir en que él era quien debía pagar la cuenta. Hubo una disputa de orgullo pero el japonés no cedió ni un milimetro y se hizo acopio de la factura con gran tozudez. Ante el asombro de Tarsicio, cuando se vieron solos le pregunto que cual era la razon por la que despues de haber perdido el tiempo claramente con todo lo visto no se había dejado invitar por aquel individuo. De nuevo de forma pausada el japonés le dijo que de esta manera estaban en paz, que si esta persona hubiera pagado la cuenta sentiria que están en deuda con el. Asi zanjo que a partir de ese momento nadie tenia nada que reclamar el uno al otro. Asi termino la relacion entre el «murciano» y el «japones».
 
He querido empezar con esta anécdota para recalcar que el sentimiento de «me debes una» no es propiedad de la cultura española, sino que es mass bien de la cultura occidental. He notado que la cultura oriental tiene menos «me debes» que  la occidental. Aun no puedo explicar bien porque ocurre esto y lo que me sale esta relacionado con una educacion en un sistema donde existen pocas personas que hagan algo por los demas sin esperar algo a cambio. En occidente destacamos a los altruistas porque noss parecen personas «fuera de lo común», ya que la mayoria de nosotros, en nuestros actos diarios, jugamos al me debes- te debo.
 
Antes de irme de vacaciones he tenido la oportunidad de vivirlo en primera persona. En el prmer caso puse la confianza en alguien que me dijo podía ayudarme a conseguir unas entradas para la final de la Supercopa de futbol que juega mi equipo, el Atletico de Madrid, con el Cheelsea. La circunstancia era poco halagüeña ya que habia muy pocas entradas y era difícil conseguirlas. Yo no conocia mucho a esta persona, ya que coincido con el en un sitio donde solía tomar cafe, y no todos los dias. Pero el sentmiento atletico nos unía y cuando escuchó mi inquietud se ofreció para ayudarme. Hasta aquel entonces un compañero de cafe se convertia en mi esperanza de ver mi primera final europea de mi amado Atleti. Fue entonces cuando decidí darle mi telefono móvil para que me mantuviera al tanto de la posibilidad de conseguir las entradas. Yo habia toocado otros contactos que hasta ese momento no habian dado su fruto. Pronto me llamo esta persona y me dijo que tenia las entradas con un «sobrecoste»» de algo mas del doble que lo que cuestan en taquilla. La pasión me llevo a aceptar el trato, y él se excuso diciendo que era lo que su «contacto» le habia solicitado. En el momento de la entrega le agradeci la gestion y el me insistió que lo habia hecho por «amistad», aunque apenas nos conocíamos. A los pocos dias, en un sagrado sábado que suelo dedicar a mi familia y amigos, sonó mi telefono siendo el interlocutor esta persona que me indico que necesitaba «ayuda» de un amigo, solicitandome prestado una cantidad de dinero que necesitaba urgentemente. De nuevo se confirmaba en la practica la Teoria del «me debes una». A los curiosos de si accedí al tema les contestare personalmente via twiter, y lo adornare con detalles.
En el segundo caso que voy a relatar, justo el mismo dia de irme de vacacions, un cliente y gran profesional me llamo para desearme buenas vacaciones. Mi relacion con esta persona siempre ha sido muy cordial ya que coincidimos en muchas cosas, sobre todo en el sentido del humor. Me estuvo explicando que no estaba pasando un buen momento en su trabajo y que necesitaba urgente un cambio. Os aseguro que hasta ahí es todo muy normal ya que  suelo escuchar a muchas pesonas con casos muy similares. Otro dia hablare de los ciclos profesilnales que se acaban y cuando alguien esta «quemado» en su trabajo, que tengo para un buen rato. Pero lo sorprendente llego cuando esta persona me dijo que «debia recordarme» que habia contratado varios servicios durante los últimos años en una de mis empresas y que yo estaba en deuda con el. En mi caso nunca me habia sentido en deuda por la contratacion de servicios prestados satisfactoriamente para ambas empresas y sin ningún reproche hasta el momento. Pero parece ser que mi interlocutor si sentía esa deuda, y para él «habia llegado el momento de pagarla» ayudandole a salir de su actual compañia.
Sirva este ultimo caso para explicitar la desazón que produce a las personas cuando creen que los demás están en deuda con ellos y «todavía» no se ha resuelto dicha deuda. En el caso de mi cliente ha sido capaz, despues de varios años, de solicitarme el reembolso que el cree que tengo, pero os aseguro que muchas personas no tienen el «valor» de solicitarlo y consideran un desequilibrio tal que pueden acumular emociones de malestar, con la persona o consigo mismo por haber accedido a un favor que aun no tiene vuelta, resquemor, y en estados mas avanzados ira y odio. Asi se genera una «Pauta explicativa pesimista» como afirma mi admirado Martin Seligman en su libro «Aprendiendo Optimiso». Seligman afirma, tras años de estudio y comprobaciones, que muchas personas explican sus desdichas de manera personal, permanente y global,  y entran en una dinamica negativa que les puede llevar a la depresion.
Es por ello que me he propuesto eliminar mentalmente todas aquellas situaciones o personas que crean que estan en deuda conmigo. He reseteado ese listado de manera que si, en mi opinion, alguna vez hice algo por ellos, no pueda considerar que estan en deuda conmigo. El reto personal es que inclusive pueda seguir haciendo algo por esas personas sin que tenga ningun sentimiento de «deuda» conmigo.
A sensu contrario si alguien considera que esta en deuda conmigo se lo preguntare. Seguro que tendremos una buena conversacion de si el «favor» que me hizo fue porque esperaba algo a cambio o mas bien porque quiso hacerlo sin ninguna devolucion.
Y tu ¿te consideras en deuda o eres deudor?
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