La vuelta al cole

Llegadas estas fechas en muchas familias con hijos en edad escolar o guardería se plantean las mismas cuestiones ¿Cómo nos organizamos para los primeros días de curso?. Ocurre que según el centro escolar o guardería rigen normas distintas desde la más flexible, que puede ser que dejes a los niños desde una hora temprana que abre al centro y los puedas recoger por la tarde hasta una hora marcada como máximo, hasta la más restrictiva que puede marcar un horario inicial durante un tiempo para luego ir ampliándolo poco a poco, pero sin dar más alternativas a los padres que adaptarse a dichos horarios.
En muchos centros hablan de un periodo de “adaptación” para el niño que consiste en que poco a poco se vaya integrando a la dinámica de horarios desde unos iniciales que suelen ser de un par de horas por la mañana, para ir ampliando cada semana hasta el horario normal de todo el curso.
Este “suplicio” para los padres significa que deben adaptar sus horarios de trabajo o incluso sus vacaciones para poder llevar a los niños al cole. Se dan muchas circunstancias distintas como que los padres cojan vacaciones suyas para esos primeros días del cole, por supuesto muchas veces por separado lo que hace que uno de los dos este de vacaciones y el otro no, que tal y como indique en un post anterior puede mermar la convivencia de pareja. Pero también se recurre a múltiples “ayudas”: los abuelos, familiares, vecinos, amigos, la persona que nos ayuda en la casa….. Todas las opciones pasan por que al niño le lleven y recojan del centro escolar o guardería una o varias personas los distintos días de Septiembre en el que nos encontramos con esta situación. Ni decir tiene que el niño anda desorientado por el trajín de personas y horarios que se acontecen durante esas primeras semanas de curso, que sumado a su cambio de vida tras las vacaciones para retomar la rutina puede llegar a tener situaciones de “crisis” en el niño y las familias. Multiplicar esto para familias con varios hijos.
Desde hace algún tiempo vengo promulgando que la sociedad no puede ir por un lado y las empresas por otro. Siempre que abro este debate algunos “jefes” me indican que ellos tienen flexibilidad con los padres en estas fechas, cosa muy honrosa y que les sitúa en el status de “jefe bueno”. Pero no nos engañemos ¿es así en todos los casos?. Si este tema se deja a criterio personal y subjetivo de cada Coordinador (me gusta más esta palabra que la de jefe), se producen unas desigualdades que según el responsable, la empresa o el sector conducen a distintos criterios que no están unificados.
¿Por qué no unificamos criterios y nuestros legisladores se ponen de acuerdo en un tema que resolvería muchos problemas?. Ya he mencionado en anteriores ocasiones que la productividad va unida al nivel de motivación y de preocupaciones que rodea al trabajador, que como persona tiene un nivel emocional que repercute en su dedicación laboral. En este caso es evidente que el padre o la madre estarán preocupados con quien recoge a sus hijos, e inclusive llamaran para ver que tal ha ido todo y si no se ha presentado ninguna situación de “crisis” (lloros de los niños el primer día de cole, reclamo de atención para los padres por el cambio de rutinas, mal comportamiento……).
Siendo esto motivo de reflexión el pensamiento que traduzco es ¿Por qué no se pueden normativizar flexibilidad de horarios para la circunstancia de entrada y salidas de los colegios?. Si la premisa que domina en algunas empresas es el cumplimiento del horario, cosa que considero un error ya que el criterio dominante debería ser el cumplimiento de objetivos, se podría compatibilizar el horario con la flexibilidad de estancia en el centro de trabajo según los horarios escolares. Si se trata de recuperar horas podría hacerse en otros días o jornadas. Si se trata de cumplir objetivos se podría potenciar el teletrabajo. En resumen demos facilidades para que nuestros empleados no estén preocupados.
Mientras que nuestros legisladores no se ocupen de este tema la responsabilidad pasa a las empresas que deberían abordar este tema a nivel general para toda la compañía, incluyendo a todos los empleados tengan o no hijos. Es decir, los trabajadores sin hijos se pueden considerar “agraviados” porque se favorezca la flexibilidad laboral de algunos porque han decidido tener hijos. Es ahí cuando la reflexión alcanza a la profundidad de realizar una normativa de flexibilidad laboral para toda la plantilla, intentando cubrir todo tipo de situaciones y / o excepciones.
Considero que una de las asignaturas pendientes de nuestro país es la flexibilidad horaria. Mientras prime la presencian en el puesto de trabajo frente al cumplimiento de objetivos seguiremos saliendo en las estadísticas como el país que más hora trabaja y que es menos productivo. Es responsabilidad de todos cambiar esto.

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