Piensa bien……y seras mas feliz


Quien no ha escuchado el famoso refrán “Piensa mal y acertaras”. Sin duda este comportamiento, extendido en parte de nuestra sociedad, genera una serie de sentimientos y emociones que implican Desconfianza, Miedo, sufrimiento, barreras y soledad. Estas personas no permiten no dejar que entre la incertidumbre en su vida, ya que eso les produce desazón.
 
Por eso te propongo cambiar esa forma de pensamiento por la siguiente: “Piensa bien, y es posible que aciertes y seas más feliz”. También es posible que te equivoques, pero si analizamos las ventajas competitivas de no tener que sufrir por pensar mal desde el principio de otro Ser Humano, sin duda es mejor para nuestra felicidad y salud emocional el poder pensar bien

¡¡¡Ojo eso no significa tener prudencia¡¡¡. Ser cauteloso no es lo mismo que ser desconfiado. Sufrir pensando en que nos van a engañar en la gran mayoría de situaciones, es estar en un estado de alerta emocional que nos genera estrés, tensión y sobre todo sufrimiento.
 
Por eso creo que es mejor pensar bien de las personas, ya que la gran mayoría de los seres humanos no quieren engañarnos, y si somos capaces de detectar el interés que tienen sobre sus intenciones, podemos ser precavidos, sin necesidad de generar una desconfianza absoluta hacia nuestros semejantes.

Hace algunos años visite unas cuevas en la zona de León. Las personas encargadas de enseñarlas nos explicaban el porrón de años necesarios para que aparezcan las estalactitas y las estalagmitas, generadas a través de un goteo constante sobre la piedra. Cuando observamos que alguna de estas maravillas naturales estaban cortadas, la pregunta fue inevitable sobre su consecuencia. La respuesta del protector de este entorno fue que alguna persona la había arrancado para llevársela como recuerdo. La reacción espontánea del grupo fue “¡¡¡¡como es la gente¡¡¡”, a lo que mi admirado, desde ese instante, fue “la gran mayoría de la gente es extraordinaria, porque alguna persona haga algún acto reprobatorio no significa que todos seamos así”. Fue una lección inolvidable para mí y para mi hija, por aquel entonces en edad de absorber enseñanzas vitales, que pudo escuchar un discurso que hoy mantenemos en su educación: “La gran mayoría de la gente es extraordinaria”.
 
Aunque sea por nuestro propio bienestar y por no soportar la losa del padecimiento por pensar que el mundo está en nuestra contra, es mejor poder pensar bien desde el principio, y que luego sean los hechos, palabras y actos, los que definan nuestra relación con los seres humanos que nos acompañaran a lo largo de nuestra vida.
 
 
 

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