Vamos a reirnos mas fuerte

Leo cualquier periódico y encuentro noticias desastrosas sobre Economía, Política, Derechos Humanos…. Ver la televisión tampoco ayuda mucho, los telediarios muestran las noticias más negativas y morbosas posibles, el resto de programación aumenta la basura intelectual. Escuchar la radio por la mañana es anticipar el apocalipsis de los Mayas. Y en cualquier conversación cotidiana a la pregunta de ¿Cómo vas?, la respuesta programada es “ahí vamos, aguantando el tirón” o “tirandillo”, que es el diminutivo de Tirón. El “tirón” al que se referirán es al tirón a la baja que ha dado la bolsa, los salarios, el consumo, … que parece que tira de nosotros hacia abajo, clavándonos al suelo, y hasta parece que caminamos alicaídos y con postura deforme. Cunde el desánimo en las tertulias y se oyen suspiros que son significativos del estado de ánimo del personal.
Por eso cuando camino por la calle o estoy en algún lugar y oigo reír me paro e intento escuchar la conversación. No puede ser que alguien este riendo, que desfachatez, con la que está cayendo, hay que tener poca vergüenza. Y no es que oiga risas en los espectáculos de monólogos, a los que soy un adicto, o a cualquier show de entretenimiento, me refiero a gente que está en la calle charlando, dialogando, y de repente sueltan una carcajada que les deja sin aire. Ese acto me llama tanto la atención que no puedo disimular mi mirada indiscreta y me permito agudizar el oído para escuchar de que se trata ese jolgorio. Y no son risas porque han bebido, estén fumados o hayan consumido alguna sustancia, hay personas que ríen porque les apetece reírse.
La sonrisa y la risa son contagiosas por lo que si nos rodeamos de personas que sonríen seguramente los que están alrededor sonrían. Pasa igual si nos rodeamos de personas “serias” que lo que devolvemos es seriedad.
La risa relaja. Reírse puede relajar la tensión muscular que produce dolores. Con la risa se mueven y ejercitan muchos músculos. Estudios científicos demuestran que el sentido del humor es una de las herramientas más eficaces para combatir el estrés, enfrentarse a los desafíos y conservar la salud mental a pesar de los embistes de la vida.
Según un estudio realizado por el estadounidense Lee Berk, 20 minutos diarios de risa, disfrutando la experiencia, equivalen a 20 minutos de ejercicio. Para descubrir los efectos de la risa frecuente sobre el organismo, Berk y su equipo de la Universidad de Loma Linda, en Estados Unidos, seleccionaron a un grupo de 14 personas sanas, las cuales fueron expuestas a un video de 20 minutos de duración a su elección entre programas humorísticos como Saturday Night Live, Seinfield y el Show de Bill Cosby. Al inicio y al final de esta sesión fueron medidos sus niveles de hormonas del estrés, presión arterial y colesterol en la sangre.
Así constataron que la risa logró reducir de 120 a 110 la presión sanguínea sistólica. Además, la concentración de colesterol «malo» en la sangre bajó de 168 a 162 mg/dl. Estos beneficios estarían asociados a una reducción en los niveles de cortisol y adrenalina, hormonas responsables del estrés. Por otro lado, las carcajadas ayudan a mejorar el estado de ánimo general y a reforzar las defensas del organismo al incrementar la producción de anticuerpos y la actividad de los linfocitos T y de las “células asesinas” (NK). Todos estos efectos no fueron observados tras exponer a los mismos pacientes a un video de 20 minutos con imágenes de la película «Salvar al Soldado Ryan».
Otra consecuencia atribuida a la risa es la modificación de los patrones de apetito. Al igual que el ejercicio físico, la risa reduce los niveles de leptina, hormona encargada de la sensación de saciedad, y eleva los niveles de grelina, sustancia responsable del apetito. Esto puede ser útil para aquellas personas que han perdido las ganas de comer, debido, por ejemplo a una depresión o a alguna dolencia crónica.
El pasado 14 de Marzo estuve en el Congreso de Psicología Positiva asistiendo al Taller de El sentido del Humor en la vida y en el trabajo, que coordino Eduardo Jauregui, de Humor Positivo, donde pudimos disfrutar de un ambiente estupendo, muchas risas, y aprendimos a salir de nuestro agujero de la vergüenza para exponernos delante de personas, que como nosotros, quieren divertirse un rato. Enhorabuena a Eduardo por sus iniciativas y a la primera edición del Congreso de Psicología Positiva que fue un éxito rotundo y que confiamos tenga continuidad.
Os dejo con un video E-s-p-e-c-t-a-c-u-l-a-r que me envió hace poco un amigo para ayudarme a empezar bien el día. El análisis del video me remonta a cuando reír sin motivo aparente es algo tan dichoso que solo se puede gozar. Porque las risas de otros son contagiosas, propaguemos este virus entre los seres humanos. Prefiero hacer el tonto en mi vida diaria que ser tonto.
Video Niño riendo por algo sencillo