¿Por que los franceses son mas directos que los españoles en el trabajo?


Que conste que no tengo nada en contra de Francia y los franceses. Tengo amigos franceses, me encantan algunos lugares de Francia, admiro su gastronomía y me gusta como juegan al futbol.
Después de este ejercicio de bienquedismo que es muy pero que muy español vamos ahora a tratar el asunto principal.
Hace poco asistí a una reunión donde se manifestaban las diferencias culturales entre países a la hora de los negocios. Sin duda pude “saborear” las diferentes anécdotas cuando personas de diferentes nacionalidades y culturales se juntan en una reunión de negocios.
Las que más impresión me causaron fueran las anécdotas con los franceses. A continuación, paso a relatar.

  • Una empresa francesa del Sector Industrial tenia en la entrada de sus oficinas un mural con un letrero bastante vistoso que ponía “Peor proveedor del Mes”. La española que lo vio no dejaba de mostrar su asombro. Había visto como se ponía al mejor empleado del mes, ¡¡¡¡pero el peor proveedor¡¡¡. Sin duda era una demanda para obtener el mejor servicio posible de sus colaboradores ¿Te atreverías a hacerlo en tu compañía?

  • Un representante español de Le cordon Bleu, que se dedica a Cursos de Alta Cocina en todo el mundo, también en España. Cuenta como los Chef Franceses dicen a sus empleados aquello que hacen mal pero no dicen lo que hacen bien. Se trata de un ejercicio de Honestidad Brutal, que así lo llaman, para que las personas mejoren sus errores y pongan mas empeño en hacer bien las cosas. Se trata de una cultura de Sinceridad conseguir mejores resultados. Eso si lo hacen desde el mas absoluto de los respetos por la persona, sin llegar a hacer ninguna ofensa personal.

Estos pueden ser dos ejemplos aislados o conformar una forma de entender la cultura empresarial de objetivos y resultados.
El caso es ¿funcionaria esto en España?

Culturalmente estamos acostumbrados a una política de “Quedar bien”, y no decir las cosas claras de manera directa. Muchos proveedores se quedan con expectativas que luego no se cumplen por una falta de claridad de sus cliente o potenciales clientes.
Pasa lo mismo en los procesos de selección de personal. Algunas personas mantienen en vilo su esperanza de ser contratado ante la ausencia de respuesta, y cuando esta se produce a veces no es lo suficientemente clara u honesta para mejorar.

¿Estamos invadidos por el buenismo y el bienquedismo?
Si es así, quizás podemos hacer una reflexión sobre la Honestidad Brutal, o más bien podríamos rebautizarla con la Sinceridad Empática. No se trata de hacer daño u ofender a la otra persona, pero si en hacer hincapié en sus áreas de mejora desde el punto de vista de ayudarle y no de quedar bien delante de esa persona.

Ese ejercicio de “voy a ayudar con mi opinión sincera” no puede rebasar los limites del respeto y la dignidad de la otra persona. Si pensamos que opinar es ofender estamos muy lejos del objetivo que tienen en la cultura francesa sobre este asunto.
 

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