Genios en una botella

¿Estamos rodeados de Genios? ¿Conviven con nosotros?. Cuando en alguna de mis ponencias expongo que todos tenemos algo en lo que somos virtuosos, algunos escépticos me dicen que ellos no son buenos en casi nada. Si indagamos en esa afirmación, entonces SI que son buenos en algo, aunque sea un poco.
Estoy convencido de que hay mucho talento en una organización. Seguramente el talento este ejerciendo tareas correspondientes a este, y funciones y responsabilidad y acordes. ¿Pero que pasa con los que no están enseñando su talento?.
Las organizaciones tienen personas que van a trabajar todos los días. Algunas de estas personas realizan labores rutinarias la mayor parte del tiempo, día tras día, realizando labores similares. ¿Y luego los managers preguntan porque tienen equipos desmotivados?.

La ausencia de retos profesionales destaca en algunas compañías. “Si alguien sabe hacer bien algo, ¿para qué moverlo?”. Un buen amigo me dice que la mayoría de las empresas son miedosas, les asusta el cambio, y eso se escenifica en sus managers, a los que si guardas silencio puedes oír murmurar: “Virgencita, virgencita, que me quede como estoy”.
Los grandes cambios vienen con los grandes desafíos. Por eso cuando se produce una crisis, es cuando algunos Genios salen de su botella para dar lo mejor de si mismos. Pero ¿Verdaderamente tenemos que esperar a una crisis para que salgan estos genios ocultos?

Hace unos cuantos años (aun tenia pelos que no eran grises), instaure una rutina entre mis empleados de un proyecto anterior que tuve la suerte de liderar (quizás suene pretenciosa la frase, y deba decir coordinar). Me sentaba a desayunar con personas de diferentes departamentos para que expresasen libremente sus ideas de cómo mejorar la empresa y sus procesos. NO era una reunión departamental, ya que se reunían personas de diferentes áreas. Era un brainstorminng (reconozco que me enamore de esa palabra desde el primer dia que la escuche y me dijeron lo que significaba) en toda regla. Una tormenta para agitar las ideas, que nadie sintiese que no se tenía en cuenta. Las reglas eran claras:

  • Les aseguraba que dijeran lo que dijeran no iban a tener consecuencias negativas para la persona, su puesto de trabajo, ni ninguna clase de represalias. Que se sintieran libres de opinar.
  • Todo vale, podían decir lo que quisieran y sacar cualquier tema, que sirviera para mejorar la compañía. Por lo cual descartábamos las críticas negativas o destructivas
  • Todo el mundo tenía que hablar. No valía estar callado.
  • El ambiente era de respeto y de escucha. No se podía contradecir la idea de un compañero (a veces no podía evitar las risitas indisimuladas de algunas personas que mostraban su desacuerdo a la idea de la otra persona, que sirvió para que practicara mi mirada fulminante)
  • Todo tenía que ocurrir en 15-30 minutos, para que volviéramos a nuestro dia a dia.

Algunas personas se quedaban comentando, después del desayuno, alguna idea, que sirvió para mejorar algunos procedimientos que teníamos. Aunque algunas personas. Se sentían importantes por un momento. Era el instante para descubrir los genios escondidos en la botella.
En pleno Siglo XXI me encontré una herramienta que mejoraba en mucho el anonimato de las buenas ideas para descubrir a más genios. Se trata de HappyForce la plataforma de Satisfacción del empleado donde se le escuche, anónimamente, y que pretender reforzar el Compromiso, mediante la escucha activa, con ayuda de la tecnología, para mejorar situaciones.

Gestión del compromiso


De nuevo el miedo de algunos managers a que esa tecnología se convierte en criticas negativas hace que los convencidos de que dar voz a los empleados es beneficioso tengamos que salir en defensa de este convencimiento de mejora continua.

Una empresa cliente de Happyforce se reunió con los Consultores para decir que habia “muchas” críticas negativas en la comunicación con los empleados. Una vez analizados todos los comentarios observamos cómo estas no eran más allá del 3 % de todos los comentarios (que además sirvió para depurar conflictos enquistados en el tiempo). Cuando el ojo humano pone su vista en los comentarios de los demás ¿en que fija su visión?, en lo que le duele y destaca por ser negativo.
Si vencemos nuestros miedos, seguramente descubriremos muchos “Genios de la botella”.

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