Historia de una Adopcion: La Asignacion

FamiliaEl tiempo que transcurre entre el papeleo y el “viaje” que el expediente tiene que hacer al país del menor puede hacerse largo. En nuestro caso nuestro expediente estuvo bloqueado en la Comunidad de Madrid un año. En julio de 2012 la Agencia de Adopción nos informó que nuestro expediente quedaba liberado y que procedían a mandarlo al país elegido, que es Polonia, y a la espera de la asignación. Como creiamos que ibamos a tener un tiempo de espera superior la noticia nos cayó muy bien  y fue celebrada como un éxito.
A partir de ese momento se abría la incógnita de cuándo podrían asignarnos a un menor. La Agencia nos hablaba de uno o dos años, y que tuviéramos “paciencia”. De nuevo toca esperar y esa espera la vivimos como un hito más. En mi casa jugábamos a postular cuando tendríamos la asignación. Mi mujer estaba convencida que sería en navidades, yo en cambio era más cauto y pensaba que podían pasar esos dos años, por lo que tuve paz mental y espiritual al pensar que cuando tuviera que venir, que me pillase sin la angustia de la espera desesperante.
navidad 2013
Esas navidades fueron algo raras. ¿Serían las últimas navidades sin mi hij@?. ¿Cuándo nos llamarían?. En el caso de Polonia no hay una lista de espera, sino que cada país propone una familia que se adapte a las circunstancias específicas del menor, y un Tribunal decide a que familia se asigna. Con lo cual “competíamos” con familias de todo el mundo que quisieran adoptar en Polonia. La Agencia nunca informa si te han presentado o cuantas veces lo han hecho, solo lo hacen cuando has sido la “ganadora” y se te ha asignado el menor
Yo llamaba cada mes a la Agencia para preguntar qué tal iba “lo nuestro” y la respuesta siempre era la misma: “hay que esperar”. Pero en Enero note un tono distinto a la Directora de la Agencia. Tenía una sonrisa telefónica y me dijo que había bastantes posibilidades de que tuviéramos noticias a lo largo del año. Intuí que algo pasaba, y que era algo bueno. Asi se lo manifesté a mi mujer, y el optimismo inundo nuestro hogar. A lo largo del año era menos de lo que yo tenía “asimilado” en mi cabeza. De nuevo un hito máximo, como persona organizada que me considero, asomaba en mi mente: Diciembre de 2013.
Hay una fecha que recordare toda mi vida. No recuerdo exactamente cuando mi mujer me dijo que estaba embarazada de mi hija, aunque si la situación, me disponía a visitar a un cliente en un taxi junto a mi socio, cuando me llamo para darme la noticia. Fue una experiencia fantástica.
El 8 de febrero de 2013 sobre las 15:45 horas estaba en la T4 y me disponía a coger un avión para pasar el fin de semana en Burdeos junto a mi familia. Estábamos esperando el anuncio del embarque en la puerta correspondiente, que se iba a producir en breve. Mi teléfono sono, era un número que no tenía identificado. Se identificó como Maria y la confundí con otra persona que creía que me llamaba para otro asunto profesional. Pronto me saco de mi error y entonces la reconocí, era la Directora de la Agencia de Adopción. Enseguida me lance a comentarle cómo estaba la situación de un aula que estaba gestionando para padres adoptivos para una charla sobre el encuentro en la adopción. Me dejo terminar, y me dijo: “no te llamo por eso, ¿sabes por lo que te llamo?”, una luz se encendió en mi corazón y enseguida comprendí, aunque no alcance a decir nada más que un “dime”. Y ella contesto “es lo que tu imaginas y esperabas, os han asignado un niño”. Mi semblante cambio. Mi mujer estaba atendiendo a mi llamada pero creía que era un motivo profesional, pero cuando escucho quien era y como cambio mi cara, enseguida adivino lo que pasaba. No lograba a expresarme bien (y mira que eso es difícil por mi gran verborrea) y me atascaba. “¿Pero cómo? ¿Qué años tiene? ¿Cómo está?….”. Eran muchas preguntas en un montón de pensamientos. Maria me dio los datos y me confirmo que era un niño de dos años y rubio con los ojos azules (en mi familia somos morenos y pelo oscuro). Era tal emoción que nunca olvidare todo lo que paso en esos momentos. Durante el embarque y hasta que no me “obligaron” a dejar el teléfono llame a mis familiares más cercanos y mande mensajes a casi todas mis amistades. Estábamos flotando. Recuerdo que el viaje se nos hizo muy, muy corto. Mi hija me cuestionaba sobre que iba a pasar a partir de ese momento, y además, se puso algo nerviosa ya que le costó asimilar la noticia, y se puso a vomitar y paso todo el fin de semana mala del estómago. Sus nervios no solo eran por su nuevo hermano, sino que sabía que pronto íbamos a tener que irnos a conocerle y la dejábamos “sola” durante una semana.
Pero me esperaba una emoción mucho más intensa y fuerte en pocos días. Cuando nos llamaron para enseñarnos el expediente y el momento culmen: ¡¡¡ver la foto del que ya era mi hijo¡¡¡¡. Cuando vi la foto mi corazón se encogió. Esa persona me estaba mirando y ¡¡¡sonreía¡¡¡. Me emocione tanto que no pude aguantar unas lágrimas de alegría y sentí un ahogo de emoción. No podía dejar de mirarle. Hoy le saludo todos los días desde mi teléfono móvil. Él me sonríe,….y me habla (si no me he vuelto loco aun), y me da ánimos, y me dice que pronto vamos a vernos, y que será un momento mágico.
expediente
De nuevo otro emoción a la vuelta de la esquina. Durante la lectura del expediente se repasaba todo el histórico del niño y “por lo que había pasado”. Además de todos los antecedentes médicos (Polonia es muy exhaustiva en eso). Reconozco que no le preste gran atención o importancia en una primera lectura, pero después la analice un poco más y llegaron las preocupaciones y angustias. Lo primero que hicimos fue consultar con médicos especialistas en estos temas, y algunos nos metieron miedo y dudas y algun otro nos transmitió tranquilidad. ¡¡¡¡Que importante es la parte psicológica en los médicos¡¡¡. Deberian tomarse muy en serio la parte donde deben comunicar a pacientes y/o familiares las noticias, ya que tienen vidas en sus manos, no solo a nivel físico, sino también emocional.
Disipamos nuestras dudas tomando una decisión firme de que aceptaríamos lo que viniese, al igual que un embarazo natural. Eso nos dio una paz mental.
paz mental
En este vaivén de emociones todavía me esperaba una sorpresa en mi subconsciente: El tiempo de espera entre la comunicación de la asignación y el momento en que vas a conocer al que ya es tu hijo. Los días son más largos, las incertidumbres muchos, y el único “truco” es intentar mantener la mente ocupada. Algún día estas mejor, otro más de bajón, y así van cayendo los días.

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